Cómo detectar el cáncer de tiroides
El cáncer de tiroides es relativamente infrecuente comparado con otros cánceres, aunque su incidencia ha mostrado aumento en las últimas décadas. Actualmente, muchos casos se detectan temprano y pueden ser tratados con éxito, con muy buen pronóstico. Conozca cómo se puede detectar el cáncer tiroideo.
En quienes se debería tener mayor nivel de alerta de cáncer de tiroides
- El cáncer tiroideo es tres veces más común en las mujeres que en los varones, y la obesidad se ha identificado como un factor de riesgo.
- El riesgo de desarrollar este cáncer es mayor para las personas con antecedentes familiares de carcinoma medular de tiroides (CMT), síndrome de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (NEM2) o algunos síndromes genéticos.
- También quienes han estado expuestos a radiación ionizante (con usos médicos, fines bélicos o accidentalmente) presentan mayor riesgo de cáncer de tiroides. Puede conocer más al respecto en la nota Cómo prevenir el cáncer de tiroides.
¿Qué síntomas o signos puede tener el cáncer de tiroides?
- El signo principal del cáncer de tiroides es un bulto (nódulo) en la tiroides, pero en la mayoría de los casos, no hay ningún síntoma o signo.
- El nódulo puede ser descubierto por el médico que lo palpa durante un examen del cuello. La mejor manera de encontrar un nódulo tiroideo es que el médico examine el cuello en las visitas de control.
- A veces, el propio paciente encuentra una asimetría o aumento de tamaño en la base del cuello, al mirarse en el espejo, abotonarse un cuello o ponerse un collar.
- Los nódulos suelen ser hallazgos casuales de un estudio por imágenes del cuello indicado por cualquier otro motivo, por ejemplo, un eco Doppler de las arterias del cuello.
- Si el nódulo es suficientemente grande puede haber:
- Molestia o dolor en la parte baja del cuello o la mandíbula.
- Dificultad para tragar (por compresión del esófago).
- Dificultad para respirar (por compresión de la tráquea).
- Voz ronca o disfonía permanente (por compromiso de un nervio que controla las cuerdas vocales).
- Los análisis de sangre de rutina no colaboran con la detección de este cáncer y los niveles de hormonas tiroideas permiten saber si la glándula funciona normalmente, pero tampoco indican cáncer.
- Los niveles de calcitonina (una hormona que regula el uso de calcio en el organismo) están aumentados en un tipo específico, muy poco frecuente, de cáncer tiroideo: el carcinoma medular de tiroides.
¿Cómo se detecta el cáncer de tiroides?
- La ecografía de tiroides es el principal estudio por imágenes para evaluar la glándula tiroides y detectar lesiones sospechosas.
- La ecografía Doppler de tiroides combina la evaluación anatómica de la glándula con la visualización del flujo de sangre en los vasos sanguíneos de la tiroides.
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- Actualmente, se recomienda la detección temprana del cáncer de tiroides mediante ecografía solo a las personas con factores de riesgo: antecedentes familiares o historia de exposición a radiación ionizante y, por supuesto, ante la sospecha clínica.
- El agrandamiento de la tiroides se puede deber a muchas causas, la mayor parte de las cuales no son cáncer; la mayoría de los nódulos tiroideos son benignos.
¿Qué informa la ecografía Doppler de tiroides?
- Es un estudio no invasivo, completamente seguro (no se utiliza radiación ionizante), ambulatorio y rápido.
- Permite medir el tamaño de la glándula y ver alteraciones en su estructura, detectar nódulos y definir si son sólidos o quísticos (es decir, si contienen líquido); es posible evaluar cambios en el número o el tamaño de los nódulos con el tiempo.
- También permite observar si hay ganglios linfáticos aumentados de tamaño en el cuello, próximos a la glándula tiroides.
- El efecto Doppler permite detectar zonas con mayor flujo sanguíneo de lo normal: algunos nódulos malignos muestran aumento local de la irrigación sanguínea.
Si se detectan nódulos sospechosos, ¿Cómo se diagnostica el cáncer?
- Para el diagnóstico de cáncer se requiere una punción biopsia de tiroides con aguja fina y el examen de la muestra en un laboratorio de anatomía patológica.
- La metodología más usada es la punción biopsia de tiroides guiada por ecografía: las imágenes ecográficas ayudan a localizar con precisión la lesión que se desea punzar, especialmente cuando es pequeña o no puede palparse.
- La punción biopsia de tiroides se realiza con anestesia local, en la piel. Una vez que se localiza la lesión mediante las imágenes, el médico introduce una aguja fina que permite aspirar células o líquido, si se trata de un quiste.
- La muestra extraída es analizada en un laboratorio de anatomía patológica para determinar si las células tienen características de malignidad (cáncer) o si son benignas.
- En algunos casos, cuando los resultados de la punción con aguja fina no son concluyentes y la sospecha de cáncer persiste, el médico puede indicar una nueva biopsia con aguja gruesa o que se realice directamente una intervención quirúrgica para extraer el nódulo o una parte de la tiroides.
¿Qué otros estudios son útiles después de la detección positiva?
- Si se confirma el diagnóstico de cáncer de tiroides, el médico puede solicitar otros estudios por imágenes para saber si la enfermedad se ha extendido a otras partes del cuerpo: gammagrafía de tiroides (con yodo radioactivo), tomografía computarizada o resonancia magnética nuclear de cuello, tórax, abdomen y/o cerebro.