La leche materna es el alimento perfecto para un bebé recién nacido. Además de generar una relación afectiva y directa con la madre, contiene los nutrientes y vitaminas que el bebé necesita para crecer y desarrollarse de manera saludable.
Asimismo, se ha demostrado que reduce el riesgo de enfermedades, resultando fundamental para la salud inmunológica del bebé, ayudando a prevenir infecciones y enfermedades. También, resulta beneficiosa esta práctica para la madre, ya que disminuye el riesgo de padecer cáncer de mama u ovario y ayuda a una mejor recuperación del peso postparto.
Cabe destacar que la leche materna no necesita ningún tipo de procesamiento para su consumo, incluso en aquellas pacientes que aun trabajando proceden a la extracción de la misma.
Por todo esto, tener una buena nutrición y saber que comer, resulta importante para la salud de tu bebé al momento de la lactancia.
Durante la lactancia, las madres tienen que tener una dieta equilibrada y sana, que contenga una variedad de alimentos ricos en nutrientes. Idealmente, deben comer alimentos de cada grupo alimenticio todos los días para producir leche de calidad óptima.
La hidratación es un factor valioso para la salud de la madre y el bebé. La sensación de sed puede aumentar mientras la madre está lactando, por eso, debe consumir al menos ocho vasos de agua al día para proporcionar una buena cantidad de líquido al bebé y no deshidratarse.
Durante la lactancia es importante prestar atención a los alimentos que se consumen y evitar algunos otros como:
Hay algunos alimentos que pueden producir cambios en el sabor de la leche materna, pudiendo producir un rechazo por parte del bebe, como por ejemplo los espárragos, alcachofas, cebollas, rábanos y puerros. De todas formas, si la madre los consumió durante el embarazo, puede que el bebé ya esté acostumbrado.
Si tenés dudas podés consultar con tu médico sobre más información de los beneficios de la lactancia y qué tipo de alimentación llevar.