Cómo prevenir el cáncer de cuello uterino
El cáncer de cuello uterino o cérvix es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres, pero actualmente, casi la totalidad de los casos pueden prevenirse. Conozca los factores de riesgo más importantes y las estrategias de prevención y detección temprana.
1. Vacunación contra el VPH
- El virus del papiloma humano (VPH) (en inglés: human papillomavirus o HPV) es una infección de transmisión sexual que afecta a varones y mujeres, y representa la principal causa de cáncer de cuello uterino.
- Existen alrededor de 100 cepas diferentes del virus, que se clasifican como:
- De alto riesgo oncogénico: las cepas 16 y 18 se asocian con más del 70% de los casos de cáncer de cérvix, así como con una alta tasa de cáncer anal, de pene, vagina, vulva u orofaríngeo. Otras cepas que también se han asociado con cáncer cervical, con menos frecuencia, son VPH 31, 33, 34, 45, 52 y 58.
- De bajo riesgo oncogénico: las cepas 6 y 11 no causan cáncer cervical, pero pueden llevar al desarrollo de verrugas genitales y otras lesiones benignas.
Se dispone de vacunas contra el VPH de alto riesgo, con eficacia demostrada para prevenir el cáncer de cérvix.
- Hay dos marcas comerciales disponibles en el mercado:
Gardasil® | Cervarix® |
contra VPH 6, 11, 16 y 18 | contra VPH 16 y 18 |
- La investigación clínica ha demostrado que las vacunas contra el VPH disminuyen la incidencia y la mortalidad por cáncer de cuello uterino:
- La frecuencia de cáncer cervical fue 88% más baja en las mujeres que recibieron la vacuna antes de los 17 años de edad, comparadas con quienes no se inmunizaron.
- Además, la vacuna disminuye en un 50% el riesgo de cáncer de vulva y de vagina.
- Esquema de vacunación para la prevención del VPH en mujeres y varones:
- A partir de los 11 años y hasta los 15 años: Dos dosis, con un intervalo de 6 a 12 meses.
- Entre los 15 y los 26 años: Tres dosis, con intervalo de un mes entre las dos primeras, y de 9 meses entre la segunda y la tercera dosis.
- Entre los 26 y los 45 años: La decisión de vacunarse debe estar basada en la actividad sexual de cada persona y se debe conversar con el médico. En este grupo no se esperan beneficios tan significativos.
2. Prueba de Papanicolaou
La prueba de Papanicolaou, o simplemente Pap, es la primera línea de prevención contra el cáncer cervical uterino.
- Durante el examen ginecológico, el especialista obtiene una muestra de las células del cuello cervical, mediante raspado suave con un pequeño cepillo. La muestra se envía a un laboratorio donde se examina bajo un microscopio para detectar alteraciones en la forma, el tamaño y la organización de las células del cérvix.
- El Papanicolaou puede detectar la mayoría de los cambios cervicales precancerosos (muchas veces llamados “displasia”). El cáncer de cérvix es de crecimiento lento, de modo que existen altas chances de detección y tratamiento temprano cuando el Pap se realiza con regularidad.
- Junto con el Pap puede solicitarse también una prueba de detección de VPH.
- Si el Pap indica que hay alguna alteración o si la prueba de detección de VPH es positiva, el especialista puede indicar algunos exámenes adicionales o el seguimiento más frecuente. La decisión se basará en cada situación individual.
3. Prueba de detección de VPH
- Esta prueba se suele realizar junto con el Pap para aumentar la capacidad de prevenir el cáncer de cérvix, debido a la estrecha relación que existe entre la infección viral y la neoplasia.
- Consiste en la identificación y tipificación de las cepas de VPH, principalmente las de alto riesgo, presentes en células del cuello uterino.
- Es importante mencionar que una prueba positiva para VPH no significa que haya cáncer de cérvix. Muchas personas pueden estar infectadas por VPH pero no desarrollan cáncer cervical.
- Existen diferentes alternativas para el manejo de la infección por VPH, que dependerán de la cepa de virus detectada, la presencia de otros factores de riesgo, etc.
4. No fumar o dejar de fumar tabaco
- Las mujeres fumadoras tienen el doble de probabilidades de desarrollar cáncer cervical que las no fumadoras.
- Se considera que los productos de la combustión del tabaco pueden promover cambios cancerígenos en las células.
5. Limitar los contactos sexuales
- Mantener relaciones sexuales con múltiples personas aumenta el riesgo de exposición al VPH, así como a otras enfermedades de transmisión sexual. Tener menos parejas sexuales reduce las probabilidades de adquirir la infección y también, de diseminarla.
- Desde ya, es posible infectarse teniendo una pareja sexual única, si ha estado expuesta al virus anteriormente.
- La mayoría de las veces, las mujeres desconocen que tienen VPH hasta que se detectan cambios en las células del cérvix y los varones, generalmente ignoran que tienen el virus. Por este motivo es fundamental la prueba de Papanicolaou.
6. Usar condón (preservativo)
- El uso regular y correcto de condones (preservativos) puede ayudar a prevenir la infección por VPH y otras enfermedades de transmisión sexual.
- El virus se disemina por contacto directo con la piel del área genital, de modo que el condón aporta una barrera de protección. Sin embargo, es posible el contacto con piel infectada de la zona genito-anal, no cubiertas por el condón.
7. Mantener un estilo de vida saludable
- Elegir una alimentación saludable, rica en frutas y vegetales, mantener un peso corporal adecuado y realizar actividad física con regularidad, disminuyen el riesgo de cáncer cervical.
Consulte con su ginecóloga/o todas sus dudas.