El cáncer de ovario no se asocia con ningún síntoma inicial, de modo que la detección temprana requiere conocer si existe riesgo aumentado a nivel familiar y realizar los controles con los estudios por imágenes, según la indicación del especialista en ginecología.
El cáncer de ovario representa el segundo cáncer ginecológico por su frecuencia. Es un tumor maligno que puede originarse en alguno de los distintos tipos de células que componen los ovarios. Los ovarios son parte del sistema reproductor femenino y poseen funciones trascendentes: la generación de óvulos en cada ciclo menstrual y la producción de hormonas sexuales femeninas.
El cáncer de ovario afecta a mujeres de cualquier edad, pero es mucho más frecuente después de la menopausia. La edad avanzada es uno de los factores de riesgo conocidos, así como el antecedente de familiares con cáncer de mama u ovario. Se ha detectado que ciertas mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2 se asocian con mayor riesgo de cáncer de mama u ovario, en algunas familias.
Lamentablemente, el diagnóstico se realiza muchas veces cuando la enfermedad está avanzada debido a que este cáncer es asintomático en sus etapas tempranas y, cuando los síntomas aparecen, son inespecíficos y tardíos:
Cabe mencionar el papel del control ginecológico periódico, que no solo puede permitir la detección del cáncer de ovario, sino de cuello uterino (con la prueba de Papanicolaou) o de mama (mamografía de detección o ecografía mamaria).
En las etapas iniciales de la detección y el diagnóstico se necesita un enfoque combinado, que incluya la historia clínica (edad, antecedentes familiares de cáncer de ovario y/o mama, antecedentes personales, y presencia de síntomas), los estudios por imágenes y las pruebas en sangre.
En la detección del cáncer de ovario, los estudios por imágenes tienen un papel clave, en particular la ecografía. La ecografía es el estudio por imágenes recomendado si se sospecha cáncer de ovario, ya sea transvaginal, transabdominal o ambas.
Los estudios por imágenes tienen tres funciones:
En los centros donde está disponible, pueden determinarse los niveles del antígeno CA-125 en sangre. Se trata de una proteína cuyos niveles aumentan en mujeres con cáncer de ovario. Sin embargo, no es una prueba de diagnóstico ni es específico del ovario (también aumenta en otras enfermedades). Actualmente, tiene más utilidad para el seguimiento después de la cirugía o la terapia.
El diagnóstico de cáncer de ovario debe ser confirmado con el resultado de anatomía patológica, al examinar los ovarios si se han extirpado quirúrgicamente, o una muestra de tejido o líquido aspirado de la cavidad abdominal.
El tipo de procedimiento para confirmar el diagnóstico y, muchas veces, realizar simultáneamente la resección de una masa altamente sospechosa, es definido en cada caso individual por el médico junto con la paciente. Las alternativas pueden consistir en: