Según la Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos, al menos el 1% de las pacientes a quienes se colocan implantes mamarios presenta complicaciones locales y resultados adversos, en algún momento.
Una de las complicaciones más conocidas de los implantes mamarios es la contractura capsular, también llamada “rechazo del implante”. En realidad, no se trata de un rechazo en el sentido médico de formación de anticuerpos o de respuesta del sistema inmunitario del organismo (como sucede en los trasplantes de órgano).
Cuando el implante es colocado, la reacción natural del organismo es tratar de aislar el material extraño (la prótesis), formando una capa de tejido alrededor del mismo que se denomina “cápsula”. Normalmente, esta cápsula protectora es laxa y flexible.
Sin embargo, si la respuesta del organismo es excesiva, se producirá más tejido fibroso del necesario, resultando en una cápsula más gruesa, densa y rígida. Esto es lo que se denomina contractura capsular o “rechazo” del implante mamario.
A la palpación, la mama se torna progresivamente más dura.
Se pierde la movilidad normal de los tejidos blandos.
Puede haber dolor en la mama o el área del pezón.
La cápsula rígida, estrecha el espacio y puede “exprimir” el implante, desplazándolo de su posición. Aparecen asimetrías entre una mama y otra, o ambas mamas pueden tener un aspecto anormal:
Puede haber pérdida de sensibilidad de la piel en una parte de la mama o en la zona de la aréola o del pezón.
Puede comenzar pocos meses después o hasta varios años luego de la colocación de implantes mamarios; aproximadamente el 75% de los casos se presenta dentro de los 2 años siguientes a la colocación de los implantes.
Aunque no se trata de una situación que ponga en riesgo la salud, la contractura capsular puede realmente causar molestias importantes y tener consecuencias estéticas muy serias.
Existen diferentes niveles de gravedad de la contractura capsular. Cuanto más firme y dolorosa se torna la mama y más anormal es su aspecto, mayor es la gravedad del rechazo. Los casos más graves requieren cirugía para extraer el implante, que puede o no ser reemplazado. Existe la posibilidad de que la contractura capsular ocurra nuevamente después de la cirugía para corregir el problema.
La causa precisa de la contractura capsular no se conoce con certeza; sin embargo, seguir correctamente las indicaciones del posoperatorio es muy importante para reducir su riesgo: reposo, masajes, controles, etc.
La FDA no ha aprobado específicamente ningún implante para reducir la incidencia de contractura capsular ni para tratarla. Recuerde que lo más importante es que se utilicen implantes aprobados por las autoridades sanitarias, para asegurarse de que hayan sido debidamente probados y sean seguros. Converse con su médico para recibir la información más actualizada.