En general el dolor mamario no suele ser un signo de cáncer. Sin embargo, es conveniente que consulte con su médica/o para asegurarse qué es lo que produce la molestia.
La mastitis es la inflamación del tejido mamario, que algunas veces se debe a infección. La inflamación genera dolor mamario, edema (hinchazón), enrojecimiento de la piel y aumento de temperatura o calor local. En caso de infección puede acompañarse también de decaimiento general, fiebre y/o escalofríos.
La mastitis suele ser más común en el período de lactancia. Puede ocurrir que a causa de la mastitis, la madre destete antes de tiempo a su bebé. Sin embrago, continuar amamantando simpre es mejor para la madre y el bebé, incluso si tiene que tomar algún antibiótico para mastitis.
La causa de la mastitis durante la lactancia se produce a que la leche no drena bien, completamente. Cuando se obstruye (“se tapa”) un conducto de salida de la misma; si la mama no se vacía completamente al alimentar al bebé, puede formarse un tapón o coágulo lácteo que bloquea un conducto favoreciendo así la inflamación. También puede suceder que algunas bacterias de la superficie de la piel o de la boca del bebé ingresen a los conductos de leche a través de grietas o lastimaduras en el pezón; estas bacterias encuentran un medio de cultivo en la leche que no drena correctamente y dan origen a una infección.
¿Quiénes tienen mayor riesgo de mastitis? Las mujeres que ya tuvieron mastitis a repetición en uno o varios embarazos durante lactancias previas y quienes tienen grietas en los pezones. Usar un corpiño demasiado ajustado o por ejemplo presionar la mama con el cinturón de seguridad del auto o una mochila , entre otras causas, puede dificultar el vaciamiento de los conductos. Otros factores a tener en cuenta que pueden también favorecer la mastitis: los errores en la técnica de lactancia adecuada, el cansancio o estrés excesivos, la alimentación inapropiada y el tabaquismo.
El diagnóstico de mastitis generalmente se basa en los síntomas y el examen clínico de los senos. Su médica/o puede en algunos casos solicitarle algún estudio adicional, como una ecografía de mamas. En caso de ser necesario, se le indicarán antibióticos que sean apropiados en caso de estar amamantando a su bebé.