La mamografía es el estudio por imágenes de los senos estándar para la detección temprana y el diagnóstico del cáncer de mama. Cuando se considera peligroso hacérsela, los beneficios de detectar alguna anomalía superan los riesgos mínimos.
Para valorar si es peligroso hacerse una mamografía, es importante tener presentes algunos hechos relativos al cáncer de mama:
En base a ello, los lineamientos para la práctica clínica recomiendan realizar a todas las mujeres una mamografía de detección por año, entre los 40 y los 49 años de edad, y luego cada 2 años hasta los 75 años. La mamografía puede estar indicada antes de los 40 años, dependiendo de los factores de riesgo.
Claramente, la detección temprana es la razón principal de la mamografía de detección. Cuando el cáncer de mama se detecta en el estudio por imágenes antes de la aparición de cualquier manifestación clínica (por ejemplo, un nódulo palpable), la cirugía es más sencilla y los resultados son mejores, pudiendo evitar incluso la indicación de quimioterapia o radioterapia porque la enfermedad se diagnostica en un estadio más temprano.
Cuando el cáncer se diagnostica en las etapas iniciales, con tratamiento adecuado, hay muy buen pronóstico: las posibilidades de curación pueden alcanzar el 90%.
La estrategia de detección debería ser individualizada, considerando los antecedentes personales y familiares, la edad, el tipo de mamas (fibroquísticas o densas), y el estilo de vida. Si las mamas son fibroquísticas, se puede indicar ecografía combinada con la mamografía, o tomosíntesis 3D.
Para la mamografía de diagnóstico se utiliza el mismo equipamiento, con igual técnica que para el estudio de detección, pero se realiza cuando existe alguna lesión o síntoma que resultan sospechosos.
Cuando se analiza si es peligrosa la mamografía, los principales factores que se consideran son: la exposición a la radiación y las molestias durante la realización del estudio.
La mamografía utiliza muy baja dosis de radiación ionizante (rayos X) para obtener imágenes de los tejidos que componen el seno. La cantidad de radiación utilizada es muy baja, y no ha sido asociada con aumento del riesgo de cáncer de mama. Con los equipos modernos, se usa menos radiación que para una radiografía de tórax.
La compresión durante la mamografía tiene varios objetivos: reduce la dosis de radiación que recibe la paciente, inmoviliza la mama y mejora la visualización de tejidos superpuestos. El principal inconveniente son las molestias que puede ocasionar. Sin embargo, estas molestias son transitorias y tolerables.
Con los nuevos equipamientos se logra mayor confort durante la realización de la mamografía: poseen mayor control del grado de compresión del seno, reducen el tiempo de estudio y las molestias duran pocos segundos, desapareciendo en cuanto termina el estudio. Además, no hay ninguna secuela, hematoma ni otro efecto posterior al estudio.
En Diagnóstico Rojas, el equipamiento con la más avanzada tecnología, permite brindar una calidad de atención óptima, con la mayor seguridad para las pacientes. Con los equipos de tomosíntesis 3D es posible evitar la superposición de planos y, por lo tanto, no es necesaria tanta compresión de los senos.
Como con todo estudio, es normal sentir ansiedad mientras se esperan los resultados o si debe realizarse algún estudio adicional, complementario. Es importante que converse con su médico sobre sus temores. En Diagnóstico Rojas puede tener confianza en que el estudio será realizado e informado con la mejor calidad y por expertos con la formación apropiada.
En síntesis, la mamografía es una herramienta que brinda grandes beneficios, que superan los riesgos para las mujeres.
A nivel individual, los esfuerzos deben dirigirse a disminuir los factores de riesgo y la probabilidad de desarrollo del cáncer de mama. Los hábitos de vida saludables son la mejor estrategia de prevención no solo del cáncer de mama sino también de otras múltiples enfermedades crónicas: diabetes, enfermedad cardiovascular, otros tumores y más.