La osteoporosis se caracteriza por la disminución de la densidad del tejido óseo mineralizado. Debido a que los síntomas de la osteoporosis no son específicos, con frecuencia el diagnóstico es posterior a una fractura.
La osteoporosis es la disminución de la densidad del tejido óseo mineralizado, por debajo de ciertos parámetros establecidos como normales. La etapa postmenopáusica es la causa de osteoporosis más frecuente.
En condiciones normales, el tejido óseo se encuentra en permanente recambio, regulado por factores hormonales, nutricionales y otros. Por diversas causas, puede producirse un desequilibrio entre la reabsorción ósea y la formación de tejido óseo mineralizado, que conduce a la pérdida neta de masa ósea, es decir a la osteoporosis. La microarquitectura del hueso resulta también deteriorada, lo que disminuye la fortaleza de los huesos y aumenta el riesgo de fracturas y deformidades.
La osteoporosis es el trastorno óseo más frecuente, afecta un gran número de personas y representa un verdadero problema para la salud pública. En la práctica clínica, la osteoporosis postmenopáusica es ampliamente la causa de osteoporosis más común. Durante y después de la menopausia, el descenso de los niveles de estrógenos en la mujer se asocia con pérdida acelerada de masa ósea. Aproximadamente 5 a 10 años después de la menopausia, la pérdida de masa ósea puede ser de hasta un tercio. En los varones, los cambios hormonales con el envejecimiento (reducción de los niveles de testosterona) también generan disminución de la masa ósea, pero menos acelerada.
El envejecimiento es otra de las causas principales de osteoporosis. La llamada osteoporosis senil se debe a la pérdida de masa ósea en la medida que avanza la edad. La masa ósea alcanza su pico en la pubertad y posteriormente comienza su disminución lenta y progresiva, que puede aumentar ante la presencia de factores de riesgo.
> Puede interesarte también: ¿Qué causa la osteoporosis juvenil?
Respecto de los síntomas, la osteoporosis se considera una entidad silenciosa, debido a que la pérdida de masa ósea no causa ningún síntoma específico. Es posible permanecer asintomático durante años, hasta que se produce una fractura ante un mínimo golpe o esfuerzo. Estas fracturas afectan con más frecuencia la cadera, la muñeca y las vértebras.
Sin embargo, uno de los síntomas de la osteoporosis suele ser el dolor agudo causado por una fractura por compresión vertebral, o dolor en cadera o muslo por una fractura patológica de cadera.
Las complicaciones asociadas con la osteoporosis, en especial las fracturas, tienen un impacto profundo en la calidad de vida de las personas; así mismo, no debe subestimarse la repercusión a nivel familiar y social que genera este trastorno.
La extensión y la gravedad de la pérdida de densidad mineral ósea (DMO) se determinan mediante la densitometría ósea. El diagnóstico de osteoporosis se establece según el resultado de la medición de la DMO o por la presentación de una fractura de cadera o vértebra por fragilidad o en ausencia de un traumatismo mayor (por ejemplo, un accidente automovilístico).
Los pacientes con esta patología deben ser evaluados para establecer la causa de la osteoporosis e implementar el tratamiento más apropiado. El diagnóstico de la causa de osteoporosis puede incluir evaluar la historia clínica completa del paciente, los antecedentes familiares, diversas pruebas de laboratorio en sangre y orina, y estudios radiográficos. Establecer si existen causas secundarias como las que se mencionaron, es relevante debido a que pueden tener un tratamiento específico.
Sin embargo, es aún más trascendente prevenir la osteoporosis y sus complicaciones. Para tal fin, es fundamental detectar temprano la osteopenia, es decir, la disminución de la DMO que no es aún tan severa como para ser considerada osteoporosis, según los resultados de la densitometría ósea. La prevención es particularmente importante para las personas con riesgo aumentado de osteoporosis, como se comenta en otro link.
Conocer los factores de riesgo para la osteoporosis es el primer paso hacia su prevención. Es posible adoptar un estilo de vida que puede tener un impacto positivo no solo en la prevención de la osteoporosis, sino en la salud en general. Tales medidas incluyen realizar ejercicio en forma regular, mantener una dieta saludable que incluya el aporte suficiente de calcio y vitamina D, dejar de fumar y moderar el consumo de alcohol. En caso de ser necesario, el médico puede indicar el aporte complementario de vitamina D u otras recomendaciones, según cada situación individual.