El varicocele testicular es una dilatación de las venas que drenan la sangre del testículo. Lo más común es que ocurra en un solo testículo. Sin embargo, hay casos de varicocele bilateral donde se ven afectados tanto el testículo izquierdo como el derecho.
Por lo general, el varicocele se forma durante la pubertad y se desarrolla con el transcurso del tiempo. Pueden provocar algunas molestias o dolor, pero no suele presentar síntomas graves.
Se desconoce la causa específica del varicocele. Un factor que contribuye puede ser el mal funcionamiento de las válvulas dentro de las venas que tienen el objetivo de mantener la sangre en movimiento en la dirección correcta.
La vena testicular izquierda sigue un camino diferente al de la vena derecha, eso hace más probable que haya un problema con el flujo sanguíneo en el lado izquierdo. En la mayoría de los casos, afecta al testículo izquierdo; un porcentaje menor es bilateral; y apenas un 3% se produce en el lado derecho.
Cuando la sangre sin oxígeno queda atrapada en la red de venas, estas se dilatan y es eso lo que crea el varicocele.
Con el paciente acostado, el médico realiza una exploración física del contenido escrotal e inguinal. Luego, se indica al paciente que se ponga de pie y aumente su presión abdominal. De esa manera, el especialista estudia cómo fluye la sangre.
Dependiendo de la complejidad del diagnóstico, existen tres grados principales de varicocele testicular:
Varicocele grado 1: el diagnóstico es complicado. Se necesita hacer presión sobre el abdomen. Lo habitual es que el médico le indique al paciente toser o soplar con fuerza.
Varicocele grado 2: con la palpación del testículo se puede comprobar que las venas presentan un mayor volumen del habitual.
Varicocele grado 3: a simple vista se puede apreciar la dilatación venosa, sin necesidad de que el especialista palpe el testículo.
Cuando no es posible diagnosticar el varicocele mediante la exploración física, se realiza una ecografía o ultrasonido para detectar si existe dilatación de los vasos.
El tratamiento solo se aplica en casos en los que el paciente siente mucho dolor y no ha podido aliviarse con medicación. También cuando el paciente desee tener un hijo y exista alguna posibilidad de infertilidad.
Ante cualquier dolor, alteración o duda sobre tu zona genital es importante que consultes con tu médico para que te indique los estudios y el tratamiento correspondiente.