Un rayos X (radiografía) es un examen médico no invasivo que ayuda a los médicos a diagnosticar y tratar las condiciones médicas. La toma de imágenes con rayos X supone la exposición de una parte del cuerpo a una pequeña dosis de radiación ionizante para producir imágenes del interior del cuerpo. La radiografía de los huesos (cadera, muñeca, columna, etc.) es la forma más antigua y de uso más frecuente para producir imágenes médicas.
Por lo general, la “Densitometría Osea” se realiza en las caderas y la zona inferior de la columna vertebral. También en los niños y algunos adultos, se explora la totalidad del cuerpo. Hay otros dispositivos periféricos que utilizan rayos X o ultrasonido que se usan en ocasiones para explorar la masa ósea baja pero no son considerados determinantes.
El equipo para realizar una “Densitometría Ósea” envía un as delgado e invisible de baja dosis de rayos X con dos picos de energía distintos a través de los huesos que son examinados. Un pico es absorbido principalmente por el tejido blando y el otro por el tejido óseo. La cantidad de tejido blando puede sustraerse del total y lo que resta es la densidad mineral ósea del paciente.
Estos equipamentos cuentan con un software especial que computa y visualiza las mediciones de densidad ósea visualizándolos como imágenes y cifras estadísticas en un monitor de computación.
La “Densitometría Ósea” se utiliza para diagnosticar la osteoporosis, una enfermedad que frecuentemente afecta a las mujeres después de la menopausia, pero que también puede afectar a los hombres y muy raramente a los niños. La osteoporosis incluye una pérdida gradual de calcio, así como cambios, produciendo cambios en la consistencia y dureza de los huesos. Estos pierden su grosor, se vuelvan más frágiles y con mayor probabilidad de fracturarse.
Por otra parte, este estudio es efectivo en el seguimiento de los efectos del tratamiento para la osteoporosis y otras enfermedades que generan pérdida ósea.
Este examen también puede evaluar el riesgo que tiene una persona para desarrollar fracturas. El riesgo de sufrir fracturas se ve afectado por la edad, el peso corporal, en la mujer los cambios hormonales como la menopausia, los antecedentes de una fractura anterior, antecedentes familiares de fracturas osteoporóticas y cuestiones relativas al estilo de vida tales como fumar, tratamiento de larga data de corticoides, etc.