La ecografía renal y de vías urinarias es un estudio que usa ultrasonido para evaluar los riñones y la vejiga.
El ultrasonido son ondas de sonido indetectables para el oído humano y que al encontrarse con los distintos órganos (en este caso los riñones y la vejiga), generan “ecos”; esos ecos son interpretados por el equipamiento generando imágenes de video o fotografías para que el médico las interprete de forma dinámica.
Es muy sencilla: sólo debe beber un litro de agua, una hora antes del estudio, para que la vejiga esté distendida de forma adecuada y logre verse mejor. A veces, acorde al pedido del médico solicitante se le pedirá que vacíe su vejiga y se completará el estudio. No debe hacer ninguna dieta especial ni ayuno para este estudio, salvo en aquellos pacientes con antecedentes de excesiva constipación donde se indicará dieta previa y ayuno de al menos 6 horas (en raras ocasiones).
Es indolora, no se requiere ningún tipo de anestesia y el estudio completo se realiza en aproximadamente quince minutos. Al llegar, se lo invitará a descubrir su abdomen. Usted se acostará en una camilla y se le aplicará un gel sobre la piel, que es completamente inocuo. Se examina la forma, el tamaño y la ubicación de los riñones y también de la vejiga. Con la ecografía renal pueden detectarse quistes, tumores benignos y malignos, cálculos renales (“piedras”) o en las vías urinarias, malformaciones, obstrucciones, procesos inflamatorios o infecciosos, entre otros diagnósticos. Muchas veces los datos obtenidos en el estudio nos permiten determinar las causas en aquellas personas con enfermedad o insuficiencia renal, así como poder realizar su adecuado seguimiento y control.
En algunas oportunidades, según el motivo del estudio o antecedentes clínicos, el médico puede complementar el pedido de la ecografía renal con una evaluación del flujo sanguíneo en los riñones (ecografía Doppler color), o con una punción – biopsia para extraer una muestra del tejido de los riñones.