Por tratarse de un método de detección sistemática del cáncer de mama, la mamografía revela una variedad de lesiones, que mayoritariamente son benignas e incidentales. Entre ellas se encuentran los ganglios intramamarios, que no expresan síntomas (asintomáticos).
Los ganglios intramamarios pueden ser solitarios o múltiples y se localizan habitualmente en el cuadrante superior y externo de la mama. Tienen un aspecto característico en la mamografía: son bien delimitados, redondeados o arriñonados, no calcificados y poseen un centro más claro, como en forma de diana. En estudios mamográficos sucesivos, estos ganglios mantienen constante su posición y tamaño (generalmente inferior a 1 cm). Se los clasifica como categoría BIRADS II, es decir que no se requiere biopsia ni seguimiento específico.
El ganglio intramamario en la ecografía mamaria muchas veces resultan más difícil de visualizarse porque no se distinguen fácilmente del tejido graso, pero su apariencia es también como de diana (lesión con un margen definido, hipoecogenica, y con un área central hiperecogenica). Dicho aspecto se relaciona con la anatomía propia de los ganglios linfáticos.
Los especialistas en imágenes destacan dos de las características mencionadas más arriba como importantes para diferenciar los ganglios intramamarios benignos de otros ganglios linfáticos que pueden estar comprometidos por otras enfermedades: