Para los varones que presentan algún factor de riesgo se recomienda realizar los controles periódicos, a fin de prevenir o detectar temprano el cáncer de próstata.
El cáncer de próstata es el más frecuente en el hombre (sin considerar el cáncer de piel), por lo cual el objetivo más importante es prevenir su desarrollo o detectarlo en la etapa temprana. Se han realizado avances significativos para conocer los factores de riesgo y si bien muchos de ellos no pueden modificarse, es posible adoptar medidas preventivas que además aportarán beneficios para la salud en general. Por su parte, reconocer la presencia de los factores de riesgo puede impulsar la realización de los controles recomendados y permitir detectar temprano la aparición de cualquier lesión sospechosa.
Para comprender cómo prevenir el cáncer de próstata es importante conocer cómo se origina. Los factores de riesgo mejor conocidos incluyen:
En base a estos factores se han elaborado recomendaciones acerca de la frecuencia de los controles médicos preventivos. Los varones mayores de 50 años de edad o aquellos mayores de 40 años y etnia afroamericana, o con antecedentes familiares positivos, deberían realizar un control anual. El médico puede indicar algunas pruebas simples, si las considera necesarias. Las más habituales son la determinación del antígeno prostático específico (PSA) en una muestra de sangre, y la ecografía de próstata.
Si bien los factores de riesgo mencionados no pueden modificarse, existen muchas medidas que pueden adoptarse para reducir o prevenir el riesgo de presentar cáncer de próstata. Estas medidas tienen que ver con los hábitos de vida y un estilo de vida saludable. Todas las organizaciones internacionales coinciden en las siguientes recomendaciones generales, que aportan además, beneficios para la salud en general.
En síntesis, hasta el momento, la mejor estrategia para reducir el riesgo de cáncer de próstata es consumir una cantidad importante de vegetales variados todos los días, mantenerse físicamente activo y conservar un peso corporal saludable.
Con relación al uso de fármacos como el finasteride u otros inhibidores de la enzima 5-alfa reductasa, esta clase de agentes son eficaces para tratar la hiperplasia prostática benigna (HPB), que se caracteriza por el aumento de tamaño de la glándula no canceroso, y se ha planteado su utilidad para prevenir o disminuir el riesgo de cáncer. Se han realizado varios estudios clínicos, cuyos resultados no han avalado dicho uso. Aunque estos fármacos son beneficiosos para la HPB, no están aprobados para prevenir el cáncer de próstata y tienen efectos secundarios que pueden ser importantes. Por lo tanto, se recomienda que el uso de estos medicamentos sea discutido cuidadosamente con el médico responsable.
Otros fármacos y suplementos dietarios se investigan en diversos estudios clínicos. Sin embargo, hasta la fecha, no se hallado que ninguno sea útil en estudios lo suficientemente confiables como para que los expertos lo recomienden.